Geneva is…

Fine Luglio (un assaggio delle vacanze estive), luogo: la città di Ginevra. Una cara coppia di amici che abita in questa elegante città mi ha invitato a trascorrere un weekend con loro per scoprirla e trascorrere un po’ di tempo insieme. Alla fine, che dirvi? Ginevra è tante cose:

End of July (a taste of the summer holidays), location: the city of Geneva. A couple of dear friends who live in this elegant city invited me to spend a weekend with them to discover the place and spend some time together. At the end, what can I say to you? Geneva is so many things:

Finales de julio (saboreando las vacaciones de verano), lugar: la ciudad de Ginebra. Una pareja de queridos amigos que viven en esta elegante ciudad me invitó a pasar un fin de semana con ellos para descubrirla y pasar un poco de tiempo juntos. Después de todo, que les puedo contar? Ginebra es tantas cosas a la vez:

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

E’ un interessante giro al Palais des Nations, la sede europea dell’ONU, per conoscere la storia e rendersi davvero conto del complesso lavoro che svolge la più grande organizzazione intergovernativa del pianeta.

Is an interesting tour of the Palais des Nations, the European headquarters of the UN, to know the history and truly reflect about the complex work that plays the largest intergovernmental organization on the planet.

Es un interesante recorrido por el Palais des Nations, la sede europea de la ONU, para conocer la historia y reflexionar acerca del complejo trabajo que desempeña la mayor organización intergubernamental del planeta.

leoluzzi_p28_p1

E’ vedere i bimbi giocare nella Place des Nations, sotto le 12 file di getti d’acqua che simboleggiano il passaggio del tempo e capire che la formalità e la ricreazione possono convivere insieme.

Is to see the children playing at Place des Nations, under the 12 rows of water jets that symbolize the passage of time and understand that the formalities and recreation can coexist together.

Es ver a los niños jugando en la Place des Nations, en las 12 filas de chorros de agua que simbolizan el paso del tiempo y comprender que la formalidad y la recreación pueden coexistir juntos.

leoluzzi_p28_p1b

E’ fare un salto al giardino botanico e meravigliarsi con i fiori e le piante di tutto il mondo.

Is a visit to the botanical garden and wonder with flowers and plants from all over the world.

Es una visita al jardín botánico y maravillarse con las flores y plantas traídas desde todas partes del mundo.

leoluzzi_p28_p2

E’ godersi un tramonto sul lungolago in compagnia dell’imponente Jet’Deau e i suoi 140 metri di altezza massima.

Is to enjoy the sunset along the lake in the company of the imposing Jet’Deau and its maximum height of 140 meters.

Es disfrutar de una puesta de sol junto al lago, en compañía del imponente Jet’Deau y sus 140 metros de altura máxima.

leoluzzi_p28_p3

E’ andare in cima al Salève e ammirare dall’alto la città, il Jet’Eau e il Lac Léman, trascorrere un po’ di tempo al fresco raccontandoci le nostre vite, nonché farsi immortalare da un occhio allenato.

Is to go on top of Salève and admire the city, the Jet’Eau and Lac Léman, spend some   time in cool weather telling each other our lives, and be immortalized by a trained eye.

Es subir al Salève y admirar la ciudad, el Jet’Eau y Lac Léman, pasar un buen rato en su fresco clima y contarnos nuestras vidas, aprovechando para ser retratados por un ojo entrenado.

leoluzzi_p28_p4

E’ fare una passeggiata per l’elegante Rue de la Confédération e ammirare i suoi palazzi e le sue incantevoli vetrine, a volte anche molto curiose.

Is to take a stroll through the elegant Rue de la Confédération and admire the buildings and them beautiful window shop, sometimes very curious.

Es pasear por la elegante Rue de la Confédération y admirar sus edificios con sus hermosas vitrinas, algunas de ellas muy curiosas.

leoluzzi_p28_p5

E’ addentrarsi e percorrere le stradine della vecchia città e meravigliarsi ad ogni angolo con pezzi di storia che sono ancora lì a raccontarci come siamo arrivati ad oggi.

Is to get inside and stroll through the streets of the old town and marvel at each corner with pieces of history that still are there to tell us how we got to today.

Es adentrarse por las calles de la ciudad vieja y maravillarse en cada esquina con trozos de historia que todavía están ahí para contarnos cómo hemos llegado hasta hoy.

leoluzzi_p28_p6

E’ visitare la cattedrale romanica di Saint-Pierre e salire 157 gradini per ammirare il campanile, una splendida veduta di 360 gradi sulla città e Lac Léman.

Is to visit the Romanesque Cathedral of Saint-Pierre and climb 157 steps to admire the bell tower, a stunning 360-degree view of the city and Lac Léman.

Es visitar la Catedral románica de Saint-Pierre y subir 157 escalones para admirar el campanario, una impresionante vista de 360 ​​grados sobre la ciudad y el Lac Léman.

leoluzzi_p28_p7

E’ promettere se stessi di tornare in futuro per godersi ancora una volta questo piacevole angolo francofono della Svizzera.

Is promising to myself to return in the future to enjoy again this pleasant corner of the French-speaking Switzerland.

Es prometerse a sí mismo de volver en el futuro para disfrutar de este agradable rincón de la Suiza de habla francesa.

Places: Slowly on time, on the Bernina Express Red Train to St. Moritz

En esta época en la que a cada momento se anuncia el récord de velocidad de cualquier cosa, en la que somos cada vez más frenéticos y corremos de un lado para otro tratando de hacer mil cosas a la vez, es placentero saber que algunas cosas permanecen inmunes a esta “evolución post-moderna”; sobretodo si es su lentitud lo que las define y las vuelve tan atractivas.

A principios de Noviembre y aprovechando la visita de mis tíos maternos y mi prima desde Venezuela, pues organizamos un paseo a San Moritz en el tren más lento del mundo (patrimonio de la UNESCO) que une la localidad italiana de Tirano con la ciudad helvética. Es un paseo muy sugestivo que durante el invierno regala un par de horas llenas de asombro, sonrisas y exclamaciones positivas. En realidad se puede hacer durante todo el año, ya que el paisaje cambiante colmará siempre las más altas expectativas.

El paseo se hace a bordo de los famosos trenes rojos del Bernina, trenes especialmente diseñados para el deleite visual, cuyas rutas no comprenden sólo el valle de Engadina sino que cubren gran parte de las regiones de Suiza. Si tienen la oportunidad de acercarse, el paseo está más que recomendado. Hay muchas opciones diferentes: se puede organizar un viaje por etapas, incluso de varios días, pernoctando en estructuras turísticas que se consiguen a todo lo largo de los diferentes recorridos. Se puede subir a Diavolezza para asombrarse con el panorama, hacer excursiones a pie o en bicicleta por el valle durante la primavera y el verano, en fin: las opciones sobran. El telón de fondo será siempre el espectacular escenario alpino: arboles, picos, lagos y glaciares (El Morteratsch los dejará sin aliento).  Nosotros hicimos el viaje de ida y vuelta en un solo día porque los viajeros tenían ya un pié en el avión, de regreso al tropico.

En cuanto a San Moritz: es una ciudad donde los deportes invernales y el glamour se llevan de la mano. Está rodeada de pistas de esquí, llena de negocios de alta moda, restaurantes de categoría y agencias inmobiliarias para millonarios (no es raro toparse con alguna celebridad en ciertos periodos del año). Durante el invierno se organizan las prestigiosas competencias internacionales de caballos sobre el lago congelado (sí escribí bien: congelado), que se celebran desde hace mas de 100 años (1907) y en 2017 será escenario del campeonato mundial de esquí alpino. Por supuesto: todo en esta ciudad es pulcro, ordenado, puntual: como solo puede ser en Suiza, de hecho ellos son puntuales hasta con los trenes lentos! Si desean información al respecto pues preguntenme o revisen acá: http://www.myswitzerland.com/en/bernina-express.html

leoluzzi_p23_p1

These days, while almost every moment is announced a speed record for almost everything, and when we are increasingly frantic and run from side to side trying to do a thousand things at once, it is pleasant to know that some things remain immune to this “post-modern evolution” especially if their slowness define them and make them so attractive.

In early November, and taking advantage of the visit of my maternal uncles and my cousin from Venezuela, we organized a journey to St. Moritz on the slowest train in the world (a UNESCO heritage) departing from the Italian town of Tirano toward the Swiss city. It is a suggestive 2-hours trip filled with a mix of wonder, smiling faces and positive exclamations. Actually you can do throughout the year, the ever changing landscape fills the highest expectations.

The ride is aboard the famous Red Bernina train, specially designed for visual delight, whose routes include not only the Engadine but cover most of the regions of Switzerland. If you have the chance to get close, the ride is more than recommended. There are many different options: you can arrange a trip in stages, even on several days, staying in tourist structures that are distributed throughout the different routes. You can climb to Diavolezza to marvel at the panorama, hiking or cycling in the valley during Spring and Summer, so: options abound. The background will always be the spectacular alpine scenario: trees, peaks, lakes and glaciers (The Morteratsch: breathtaking). We made the round trip in one day because the travelers had literally one foot on the plane back to the tropics.

St. Moritz is a city where winter sports and glamor are holding hands. It is surrounded by ski slopes, full of high fashion boutiques, upscale restaurants and real estate agencies for millionaires (not uncommon to come across a celebrity in certain periods of the year). During the winter the city organizes a prestigious international horse competitions on the frozen lake (yes: frozen), held for more than 100 years (1907) and in 2017 the city will host the alpine skiing world championships. Of course, everything in this town is neat, orderly, timely: as only could be in Switzerland, they are on time even with a slow train! If you want some more information about it just ask me or check here: http://www.myswitzerland.com/en/bernina-express.html

leoluzzi_p23_p2 leoluzzi_p23_p4 leoluzzi_p23_p5

In questi tempi in cui ad ogni momento è annunciato il record di velocità di qualunque cosa, in cui siamo sempre più frenetici e corriamo da una parte all’altra cercando di fare mille cose allo stesso tempo, è piacevole sapere che alcune cose restano immuni a questa “evoluzione post-moderna”, soprattutto se è proprio la loro lentezza ciò che le definisce e le rende così attraente.

I primi di Novembre, e approfittando della visita dei miei zii materni e mio cugina dal Venezuela, abbiamo organizzato una passeggiata a St. Moritz, sul treno più lento del mondo (patrimonio UNESCO) che unisce la città italiana di Tirano con la città elvetica. Inutile dirvi che è una passeggiata molto suggestiva, un paio di ore piene di meraviglia, sorrisi ed esclamazioni positive. In realtà si può fare tutto l’anno, perchè il paesaggio  è in continuo cambiamento e riesce a riempire le più alte aspettative.

La corsa si fa a bordo dei famosi Treni Rossi del Bernina, appositamente progettati per il  piacere visivo, i cui itinerari comprendono non solo l’Engadina, ma coprono la maggior parte delle regioni della Svizzera. Se avete la possibilità di avvicinarvi, il giro è più che consigliato. Ci sono diverse opzioni: è possibile organizzare un viaggio a tappe, anche in diversi giorni, soggiornando in strutture turistiche che sono distribuite vicino alle varie rotte. Si può salire su Diavolezza per ammirare il panorama, fare trekking o passeggiate in bicicletta nella valle durante la primavera e l’estate, insomma: le opzioni abbondano. Lo sfondo è sempre lo spettacolare paesaggio alpino: alberi, cime, laghi e ghiacciai (Il Morteratsch: da mozzafiato). Noi abbiamo fatto l’andata e ritorno in un giorno perché i miei viaggiatori avevano già un piede sull’aereo di ritorno ai tropici.

Per quanto riguarda St. Moritz è una città dove gli sport invernali e il glamour si tengono per mano. E’ circondata da piste da sci, piena di boutique di alta moda, ristoranti di lusso e agenzie immobiliari per milionari (non è raro imbattersi in una celebrità in alcuni periodi dell’anno). Durante l’inverno la città organizza i prestigiosi concorsi internazionali di cavalli sul lago ghiacciato (sì ho scritto bene: congghiacciato), che si tiene da oltre 100 anni (1907) e nel 2017 ospiterà il campionato del mondo di sci alpino. Naturalmente, tutto ciò in questa città è pulito, ordinato, puntuale: come può solo essere in Svizzera, loro sono puntuali anche con i treni lenti! Se volete più informazioni chiedetemi pure o controllate qui: http://www.myswitzerland.com/en/bernina-express.html

leoluzzi_p23_p6 leoluzzi_p23_p7 leoluzzi_p23_p8